domingo, 14 de julio de 2013

Intervención realizada en ataudes y momias en ”El Piquete”


En la excavación, llevada a cabo sobre el nivel superficial del suelo de la nave de la iglesia situada en “El Piquete” de Quinto de Ebro, se empezó a descubrir el último estrato de enterramientos practicados antes de la prohibición promulgada en la Constitución de 1812, correspondiente cronológicamente al último tercio del siglo XVIII y primer cuarto del siglo XIX.

Entre estos enterramientos había un grupo de pequeñas cajas policromadas que contenían momias de niños con edades comprendidas entre los pocos meses y adolescentes de 12 o 13 años. Estas cajas, en madera de pino, generalmente con tapa de forma tronco-piramidal, conservaban la policromía (los colores más abundantes son el blanco, el verde claro, el azul cian, el rojo, rosa y el negro) en un estado de conservación aceptable, excepto la franja en contacto directo con la tierra, donde la humedad había provocado el ablandamiento de la madera, la aparición de hongos y la degradación del aglutinante del color (cola animal) con la consiguiente disgregación del mismo.


Se realizó un tratamiento de urgencia sobre las cajas a la espera de una restauración completa. La segunda parte del trabajo consistió en un tratamiento mínimo sobre las momias, de modo que pudieran ser almacenadas en buenas condiciones para un futuro y deseable trabajo de investigación antropológico y etnológico, ya que en muchas de ellas, los trajes, hábitos, zapatos, sombreros, tocados e incluso bulas, aparecieron en buenas condiciones.


Recogido del Blog de Albarium

jueves, 3 de enero de 2013

Triste mirada

El reloj de la torre marca las 12 de una noche fría cercana al final de este 2012 que ya se ha ido. En el cajero de IberCaja hay un indigente que intenta conciliar el sueño y protegerse del frio y de la intensa niebla que esta cada vez más cerrada.
En la Plaza Vieja un grupo de niños de edades en torno a los 15 años juegan y charlan animadamente. La puerta se ha hinchado con la humedad y me cuesta abrirla, por fin en casa tras una intensa jornada con los abuelos en Zaragoza, abro las contraventanas me gusta ver la perspectiva de la calle que se pierde entre la niebla.