Las distintas versiones que sobre el origen de este apellido acogen algunos autores, y la variedad de las casas solares que, según otros, tuvo en diversas regiones de España, no facilitan el esclarecimiento su verdadera procedencia, ni descubren si todas las familias así apellidadas vienen de un mismo solar y tronco.
Algunos sostienen que todas las familias Quinto proceden de la patricia italiana del mismo apellido, cuyos individuos se establecieron en España durante la dominación de los romanos en la Península Ibérica, versión que por los lejanos y oscuros tiempos a que se remonta, abre a la duda muy ancho camino.
Otra se inclina a creer que el apellido «Quint», de Mallorca y Cataluña, es el mismo que Quinto, con la terminación modificada por las ramas que en aquellas regiones radicaron. Tal vez exista algún fundamento para esa creencia, pero no habiendo logrado descubrirlo en el curso de nuestras investigaciones, optamos por esquivar dicha identificación, dedicando a Quint y a Quinto informaciones independientes. En este lugar recogemos las noticias que corresponden a Quinto.
Una tercera versión sobre el origen de esta familia considera que desciende de los Señores de la villa de Quinto, cuyo nombre tomó por apellido, y es, sin duda, la más acertada. La villa de Quinto de Ebro pertenece a Zaragoza, y en esta capital moró, desde tiempos muy antiguos, una importante rama de Quinto, con línea en la ciudad de Caspe, provincia de Zaragoza. A esta familia, cuyos individuos eran infanzones de Aragón, pertenecieron el palacio de Chacón (Caspe) y el de Pastriz, que ostentaban en sus fachadas y en algunos cuadros de sus habitaciones, un escudo de armas que, entre otras piezas, contenía los palos de Aragón, elocuentes detalles, todos los indicados, del origen netamente aragonés de esa casa.
sábado, 1 de diciembre de 2012
domingo, 21 de octubre de 2012
Fernando el Católico: La escuela de mi infancia
lunes, 3 de septiembre de 2012
Recuerdos de la Guerra de un vecino de Pina
Las clases estaban muy radicalizadas. Las clases ilustradas; médicos, veterinarios, farmacéuticos, jueces, notarios, registradores, alcaides y maestros, tenían sus tertulias en casas particulares o en puntos donde alguno de ellos estaba cumpliendo alguna misión; la farmacia, la centralita de teléfonos, la plaza tras las misas. etc. Mientras que los propietarios y labradores, menos cultos que ellos, se reunían en el Casino o en la Agrícola (Centro de clase media) donde hacían sus tertulias y echaban sus partidas de cartas.
Las clases modestas tenían el Centro Obrero, donde pasaban las tardes y festivos bebiendo en porrón y jugando la partida de Mus o Guiñote. En estos sitios, había que guardar las formas que imponía su reglamento y la Junta de Gobierno hacía cumplir. Luego estaban las Tabernas, donde los dueños eran menos severos con su clientela subiéndose el ánimo de los mozos a medida que iban ingiriendo vino.
Las clases modestas tenían el Centro Obrero, donde pasaban las tardes y festivos bebiendo en porrón y jugando la partida de Mus o Guiñote. En estos sitios, había que guardar las formas que imponía su reglamento y la Junta de Gobierno hacía cumplir. Luego estaban las Tabernas, donde los dueños eran menos severos con su clientela subiéndose el ánimo de los mozos a medida que iban ingiriendo vino.
lunes, 27 de agosto de 2012
75 aniversario de la Batalla de Quinto en la guerra civil española
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La contraofensiva republicana en la guerra civil
obtuvo su primera victoria a finales de agosto de 1937 en la Batalla de Quinto,
al mando del General Walter y con una participación decisiva de las Brigadas
Internacionales.
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Con este motivo se ha programado una exposición
fotográfica, el pase de una película de Cartier Bressons, rodada en Quinto en
1937, y la visita a las trincheras y fortificaciones donde se libró la batalla
de Quinto
Quinto 27 de agosto de 2012. Hoy
hace exactamente 75 años que las tropas republicanas conquistaban, el 27 de
agosto, las posiciones fortificadas de Quinto en su intento de avanzar hacia
Zaragoza. El enfrentamiento provoco más de 800 muertos en los tres días que
duro el enfrentamiento y la práctica totalidad de la población civil fue
evacuada.
“Es la primera vez el
pueblo de Quinto aborda de forma abierta unos hechos que cambiaron de forma dramática
su historia. En los años 30 Quinto contaba con una fábrica de cemento, otra de
regaliz siendo el motor de la comarca. La guerra lo destruyo todo y hoy 75 años
después queremos acercarnos a nuestra historia” comenta Miguel Pérez Subías
organizador de los actos.
miércoles, 22 de agosto de 2012
Manuel Rotellar Mata, historiador, crítico de cine y el primer director de la Filmoteca de Zaragoza
Avilio y Luisa me narraron parte de la historia familiar: la madre de Avilio, Elisa Mata Cambra, casada con Avilio Tofé, pertenecía a una familia de ocho hermanos, una de cuyas chicas, Carmen Mata Cambra, natural de Zaragoza, se casó con Manuel Rotellar, vecino de Quinto de Ebro. Tuvieron cuatro hijos: Pilar, la mayor, Rosa, Manuel y Carmen, todos nacidos en Zaragoza. La familia se trasladó en 1926 a Quinto, donde el padre ejerció de alcalde durante la República y también se hizo cargo de uno de los hornos del pueblo y de la panadería.
Pilar, la más fuerte de todos los hermanos, se casó con Manuel Costa, un chico de allí, también republicano, y quedó embarazada de su hija, Manolita. Avilio y su hermana Araceli iban a pasar los veranos al pueblo de sus tíos desde muy pequeños, y el resto de la familia -más de treinta en total acudía al completo cuando se hacía la matacía, pues los Rotellar Mata sacrificaban al menos dos cerdos en cada ocasión. Avilio era seis años menor que su primo, Manuel Rotellar, y cuando veraneaba en aquella casa de varias plantas de la familia del alcalde, se pasaba las horas muertas leyendo los tebeos y las novelas que Manolo coleccionaba por entregas.
Pilar, la más fuerte de todos los hermanos, se casó con Manuel Costa, un chico de allí, también republicano, y quedó embarazada de su hija, Manolita. Avilio y su hermana Araceli iban a pasar los veranos al pueblo de sus tíos desde muy pequeños, y el resto de la familia -más de treinta en total acudía al completo cuando se hacía la matacía, pues los Rotellar Mata sacrificaban al menos dos cerdos en cada ocasión. Avilio era seis años menor que su primo, Manuel Rotellar, y cuando veraneaba en aquella casa de varias plantas de la familia del alcalde, se pasaba las horas muertas leyendo los tebeos y las novelas que Manolo coleccionaba por entregas.
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